sábado, junio 24, 2006

ESQUEMA 22.

ESQUEMA 22

PROCESO DE SENSACION.

PROCESO DE PENSAMIENTO.

TIEMPOS DE CONCIENCIA.

EMOCION
CATEGORIA
PRESENTE.

CLIMA
VALOR
PASADO.

PASION
LOGRO
FUTURO.

Es el cuerpo como volumen en el espacio, el que nos dá entrada al manejo de la conciencia de este, y de la aprehensión de la especialidad, para intentar llegar a ver que el mundo y mi cuerpo no son en principio la misma cosa.
La estructuración de los tiempos de conciencia, tiene que ver con el sufrimiento y sus secuelas, el niño en principio y durante el aprendizaje no sufre, si lo hace rápidamente se engancha al pasado y aparece un futuro en forma de fantasía enajenada que le compensa en el hecho de conciencia, de lo mal que lo está pasando.
La visualización de un futuro brillante, en el que las cosas nos van de maravilla, tiene como base un pasado sufriente y cuanto mayor sea nuestro sufrimiento mejor será nuestra escapada hacía adelante, en forma de plan, de realización de un plan, que nos hará como mínimo guapos, ricos y brillantes.
Ya hemos dicho que en nuestra cultura nadie funciona emocionalmens ritos se manifiestan dentro de un ritmo.
Así tienen razón los que dicen, que la ceremonia es lo más próximo al desorden, porque lejos de acercarnos a lo que es, nos introducen en la enajenación permanente. Al principio y al final, lo importante ya no es la función, ni el porque de la función sino la secuencias de actos que tranquilizan nuestra existencia, haciéndonos ver que somos capaces de organizarnos para llevar a cabo algo.
Si se pierde el rito, la vida se complica y tenemos que improvisar movimientos, es fácil que aparezca la angustia y que pasemos a tener registros graves de incertidumbre. Si se pierde el ritmo el sufrimiento toma carta de naturaleza y podemos llegar a la ira con facilidad, incluso a la violencia, si se nos obliga a un ritmo que no es el nuestro en la ejecución de los ritos. Pero si perdemos las ceremonias entonces entramos en el terreno de la locura, y ya nadie puede ayudarnos, acaso la fortuna en forma de improvisación, nos saque de este descontrol permanente que significa la perdida de lo que sabemos hacer, en el orden que le es propio.
Así la categoría es el rito, el valor el ritmo y el logro la ceremonia. Somos esto y poco más, la reiteración obsesiva de una serie de actos que toman los tiempos de conciencia y nos llevan a una complacencia, que tiene como única base para permanecer, el que nuestra pobreza de espíritu nos permita la reiteración.
Estamos tan mal, tan enajenados por la cultura que como chimpancés, nos lo pasamos bomba metiéndonos la cuchara en la boca llena de comida, en una maniobra que por su reiteración y permanencia produce el encadenamiento de lo estúpido con la imbecilidad permanente.
Nuestro logro será claro, conservar los ritos, los ritmos y las ceremonias, como principio de cordura y máxima demostración de la normalidad, que nos invade por todas partes.
No podemos perder las ceremonias, porque estas nos fijan los contenidos de la conciencia y nos establecen un código de que somos capaces de manejarnos, si el accidente hace que esto no se pueda realizar, estamos realmente jodidos y a merced de la psiquiatría, que al no poder demostrar en que consiste nuestro error, dictará anatema y nos encerrará en un manicomio para mayor gloria del concejal de turno.
¿Cómo se sufre más, estando normal en un mundo de locos, o estando loco en un mundo de normales? ¡Yo no lo sé! y dudo si se puede seguir en estas condiciones ceremoniosas que nos brinda el hecho de estar vivo.