ESQUEMA 2
ESQUEMA 2
ITEMS COMPOSITIVOS INTERNOS.
PARTE EMOCIONAL CENTRO SEXUAL
ELEVADOR
FUERZA DEL ORGASMO ELECTRICO.
ADHESOR
GUSTO POR EL ORGASMO ELECTRICO.
SELECTOR
SELECCION DEL ORGASMO ELECTRICO.
Hablar de sexo es hablar de placer, y si cuestionamos el placer veremos que este tiene un momento culminante que los monos llaman orgasmo. Ellas y ellos invierten mucho de su ocio en esta palabra, que resume por encima de todo la preocupación por algo que en ellos es manifiesto, la eyaculación, y que en ellas es un ruido y un miedo, algo que casi todas las hembras de la especie interpretan como si de una sinfonía se tratara, aunque desconozcan en el fondo y la forma de que se trata.
La mujer desconoce su feminidad, y nada sabe de su funcionamiento sexual, se lo han robado dentro de unos programas que las condenan, a una demanda de algo que nadie sabe en que consiste ni cuando se perdió por orden del Vaticano.
El hombre confunde reproducción y sexo, lo único que parece gratificarle es el orgasmo, por eso se corre mientras se esta quitando la ropa.
En nuestra cultura nadie aguanta lo suficiente para que ellas tengan tiempo de enterarse de algo, por otra parte ni ellos ni ellas saben de lo que se tienen que enterar, se convierte así el sexo en una gestión de búsqueda intuitiva, en la que ambas partes están desbordadas y en clima de confusión permanente.
Esto sería sorprendente y lo es, pero a mí me sorprende todavía más el que cuando uno pregunta del sexo, a ellos y a ellas, todo el mundo lo sabe todo, y la risa es tan grande que uno aun sabiendo de su estupidez no puede por menos que resentirse y sentirse todavía más estúpido si es que esto es posible.
Todo el mundo lo sabe todo del sexo, y cada individuo de la especie esta convencido de su posibilidad, de su potencia, de su placer y de todo lo que haga falta. A duras penas se consigue que alguien matice algún hecho de lo que siente o de lo que le pasa por la cabeza en relación a esta materia, parece que el único ignorante de la especie es el que esto escribe
A mí me hubiera gustado una madre televisiva, que con buen ritmo de caderas, y buenas tetas me contara sus experiencias sexuales, y me dijera que lo suyo es el clítoris, pero claro, mis padres no tienen sexo, o al menos yo los viví asexuados, hasta que era bastante licenciado en bastantes cosas. Papá y mamá no tienen sexo, y si estas figuras no lo tienen, ¿que hago yo con mi sexualidad? está claro que esconderla, ya que me nació un defecto en forma de deseo, y es que miro a los seres humanos y resulta que me excitan y me la ponen dura.
Si mi padre y mi madre que son normales, ¡faltaría más! no tienen sexo, yo que lo tengo, soy anormal y la sexualidad es por lo tanto y de raíz anormal, porque los adultos que yo conozco no tienen de eso.
Alguien me dijo un día, que cuando uno llega a una ciudad que no conoce, la mayor fuente de angustia es descubrir donde se trasgrede la norma con normalidad, a mi con el sexo me ocurre lo mismo es una ciudad que no conozco, y además ignoro como trasgredirlo con normalidad.
El sexo no existe, socialmente no existe, no existe en las figuras que lo han construido a uno, y nadie parece tenerlo pero cuando uno pregunta todo el mundo sabe la tira del asunto, ocurre la segunda desgracia, ¡tengo sexo luego soy anormal! todo el mundo sabe menos yo, luego soy tonto!
Como se ve esto de descubrir la sexualidad es un camino lúdico, lleno de placeres fáciles, a los que con la mayor de las facilidades se entrega uno, en una lujuria sin fin.
Con este programa tan lúdico que me presta la especie, ¡de soy anormal y además tonto! salgo a la calle, y me encuentro con una clitoridiana, histérica por parte de madre y fálica por parte de padre, y en un arrebato de locura, consigo tocarle el clítoris y comienza el espectáculo, ¡pasen señores, pasen, pasen y vean! porque de repente y como si hubiera echado cinco duros en un video juego, comienza una especie de contorsionismo espasmódico, lleno de muecas poco agradables, que se acompaña de una serie de quejidos (o a mi me lo parece) que culminan en un ¡viva España! porque “la española cuando besa es que besa de verdad”. Mi perplejidad es de tal magnitud que tardo años en volver a intentar semejante recorrido, propio de las fuerzas especiales, y aun estoy asustado de semejante toque lúdico en el sitio más lúdico de ellas, el clítoris. ¡Simplemente terrorífico!
Mi sorpresa no es menor, cuando un buen día me tocan el pito y resulta algo así como que no entiendo nada, y además hago y digo cosas insospechadas, acabo en lo patético y mi ademán natural, de payaso de la especie, roza lo trágico en una caída libre hacia el ridículo, que no la para ni mi padre, ¡que en paz descanse!.
Ya se yo, que al único mono de la especie que le ha pasado esto ha sido a mi y soy consciente que todos los demás monos, incluidos los que no lean esto, han tenido unas experiencias sexuales maravillosas, en las que la dificultad y el sobresalto están ausentes, pero ruego disculpen mi extraordinaria patología al respecto, y tengan en cuenta las anormalidades que me acompañan. Lo mío, vicio seguro, lo suyo evidentemente necesidad.
La energía puesta en la imagen y el rol imposibilita que esta, funcione a niveles más profundos, absolutamente necesarios para poder aproximarse a otras traducciones sexuales y sobre todo, al anclaje visceral del orgasmo mecánico.
Se funciona clitoridianamente, pero es que la especie en general tampoco puede aislarse del fenómeno cultural, y poner la energía en otro sitio, que no sea la imagen y el proceso de apariencia que le acompaña. "Uno es lo que aparenta, y tiene el orgasmo que se merece". Uno es lo que aparenta, y es en este proceso de aparentar, donde se equivocan los papeles y se pone cara de felicidad donde simplemente hay ignorancia. ¡Bravo por la cultura, y por los monos que la habitan!
ESQUEMA N 2.
TITULO.
ITEMS COMPOSITIVOS INTERNOS DE LA PARTE EMOCIONAL DEL CENTRO SEXUAL.
.
COMPONENTES.
ELEVADOR DE LA PARTE EMOCIONAL DEL CENTRO SEXUAL.
FUERZA DEL ORGASMO CLITORIDIANO.
ADHESOR DE LA PARTE EMOCIONAL DEL CENTRO SEXUAL.
GUSTO-DISGUSTO POR EL ORGASMO ELECTRICO.
SELECTOR DE LA PARTE EMOCIONAL DEL CENTRO SEXUAL
SELECCION DEL ORGASMO ELECTRICO.
FUERZA DEL ORGASMO ELECTRICO. CONCEPTO.
Elevador de la parte emocional del centro sexual.
FUERZA DEL ORGASMO ELECTRICO. DEFINICION.
Descarga muscular de tensiones psíquicas, acumuladas en base a la violencia.
GUSTO-DISGUSTO POR EL ORGASMO ELECTRICO. CONCEPTO.
Adhesor de la parte emocional del centro sexual.
GUSTO-DISGUSTO POR EL ORGASMO ELECTRICO. DEFINICION.
Grado de aceptación de este tipo de descarga, que es tanto como decir grado de aceptación de la violencia en el eje físico.
SELECCION DEL ORGASMO CLITORIDIANO. CONCEPTO.
Selector de la parte emocional del centro sexual.
SELECCION DEL ORGASMO CLITORIDIANO. DEFINICION.
Hace referencia a la posibilidad de establecer otras mecanicidades que no sean el ejercicio de la violencia con la consiguiente necesidad de dar salida a semejante acumulación de barbaridades en el músculo.
En otros apartados hemos dicho que todo lo que no se elabora por la conciencia, a esta, no le queda otro remedio, que desplazarla al músculo, para allí intentar resolver desde el plano físico. Se comprende de una tacada en que mundo vivimos, en un campo de deportes sin fin para resolver el problema de los problemas la violencia, la guerra y la destrucción, es como intentar apagar un bosque en llamas, escupiendo desde lo alto de un pino.
ITEMS COMPOSITIVOS INTERNOS.
PARTE EMOCIONAL CENTRO SEXUAL
ELEVADOR
FUERZA DEL ORGASMO ELECTRICO.
ADHESOR
GUSTO POR EL ORGASMO ELECTRICO.
SELECTOR
SELECCION DEL ORGASMO ELECTRICO.
Hablar de sexo es hablar de placer, y si cuestionamos el placer veremos que este tiene un momento culminante que los monos llaman orgasmo. Ellas y ellos invierten mucho de su ocio en esta palabra, que resume por encima de todo la preocupación por algo que en ellos es manifiesto, la eyaculación, y que en ellas es un ruido y un miedo, algo que casi todas las hembras de la especie interpretan como si de una sinfonía se tratara, aunque desconozcan en el fondo y la forma de que se trata.
La mujer desconoce su feminidad, y nada sabe de su funcionamiento sexual, se lo han robado dentro de unos programas que las condenan, a una demanda de algo que nadie sabe en que consiste ni cuando se perdió por orden del Vaticano.
El hombre confunde reproducción y sexo, lo único que parece gratificarle es el orgasmo, por eso se corre mientras se esta quitando la ropa.
En nuestra cultura nadie aguanta lo suficiente para que ellas tengan tiempo de enterarse de algo, por otra parte ni ellos ni ellas saben de lo que se tienen que enterar, se convierte así el sexo en una gestión de búsqueda intuitiva, en la que ambas partes están desbordadas y en clima de confusión permanente.
Esto sería sorprendente y lo es, pero a mí me sorprende todavía más el que cuando uno pregunta del sexo, a ellos y a ellas, todo el mundo lo sabe todo, y la risa es tan grande que uno aun sabiendo de su estupidez no puede por menos que resentirse y sentirse todavía más estúpido si es que esto es posible.
Todo el mundo lo sabe todo del sexo, y cada individuo de la especie esta convencido de su posibilidad, de su potencia, de su placer y de todo lo que haga falta. A duras penas se consigue que alguien matice algún hecho de lo que siente o de lo que le pasa por la cabeza en relación a esta materia, parece que el único ignorante de la especie es el que esto escribe
A mí me hubiera gustado una madre televisiva, que con buen ritmo de caderas, y buenas tetas me contara sus experiencias sexuales, y me dijera que lo suyo es el clítoris, pero claro, mis padres no tienen sexo, o al menos yo los viví asexuados, hasta que era bastante licenciado en bastantes cosas. Papá y mamá no tienen sexo, y si estas figuras no lo tienen, ¿que hago yo con mi sexualidad? está claro que esconderla, ya que me nació un defecto en forma de deseo, y es que miro a los seres humanos y resulta que me excitan y me la ponen dura.
Si mi padre y mi madre que son normales, ¡faltaría más! no tienen sexo, yo que lo tengo, soy anormal y la sexualidad es por lo tanto y de raíz anormal, porque los adultos que yo conozco no tienen de eso.
Alguien me dijo un día, que cuando uno llega a una ciudad que no conoce, la mayor fuente de angustia es descubrir donde se trasgrede la norma con normalidad, a mi con el sexo me ocurre lo mismo es una ciudad que no conozco, y además ignoro como trasgredirlo con normalidad.
El sexo no existe, socialmente no existe, no existe en las figuras que lo han construido a uno, y nadie parece tenerlo pero cuando uno pregunta todo el mundo sabe la tira del asunto, ocurre la segunda desgracia, ¡tengo sexo luego soy anormal! todo el mundo sabe menos yo, luego soy tonto!
Como se ve esto de descubrir la sexualidad es un camino lúdico, lleno de placeres fáciles, a los que con la mayor de las facilidades se entrega uno, en una lujuria sin fin.
Con este programa tan lúdico que me presta la especie, ¡de soy anormal y además tonto! salgo a la calle, y me encuentro con una clitoridiana, histérica por parte de madre y fálica por parte de padre, y en un arrebato de locura, consigo tocarle el clítoris y comienza el espectáculo, ¡pasen señores, pasen, pasen y vean! porque de repente y como si hubiera echado cinco duros en un video juego, comienza una especie de contorsionismo espasmódico, lleno de muecas poco agradables, que se acompaña de una serie de quejidos (o a mi me lo parece) que culminan en un ¡viva España! porque “la española cuando besa es que besa de verdad”. Mi perplejidad es de tal magnitud que tardo años en volver a intentar semejante recorrido, propio de las fuerzas especiales, y aun estoy asustado de semejante toque lúdico en el sitio más lúdico de ellas, el clítoris. ¡Simplemente terrorífico!
Mi sorpresa no es menor, cuando un buen día me tocan el pito y resulta algo así como que no entiendo nada, y además hago y digo cosas insospechadas, acabo en lo patético y mi ademán natural, de payaso de la especie, roza lo trágico en una caída libre hacia el ridículo, que no la para ni mi padre, ¡que en paz descanse!.
Ya se yo, que al único mono de la especie que le ha pasado esto ha sido a mi y soy consciente que todos los demás monos, incluidos los que no lean esto, han tenido unas experiencias sexuales maravillosas, en las que la dificultad y el sobresalto están ausentes, pero ruego disculpen mi extraordinaria patología al respecto, y tengan en cuenta las anormalidades que me acompañan. Lo mío, vicio seguro, lo suyo evidentemente necesidad.
La energía puesta en la imagen y el rol imposibilita que esta, funcione a niveles más profundos, absolutamente necesarios para poder aproximarse a otras traducciones sexuales y sobre todo, al anclaje visceral del orgasmo mecánico.
Se funciona clitoridianamente, pero es que la especie en general tampoco puede aislarse del fenómeno cultural, y poner la energía en otro sitio, que no sea la imagen y el proceso de apariencia que le acompaña. "Uno es lo que aparenta, y tiene el orgasmo que se merece". Uno es lo que aparenta, y es en este proceso de aparentar, donde se equivocan los papeles y se pone cara de felicidad donde simplemente hay ignorancia. ¡Bravo por la cultura, y por los monos que la habitan!
ESQUEMA N 2.
TITULO.
ITEMS COMPOSITIVOS INTERNOS DE LA PARTE EMOCIONAL DEL CENTRO SEXUAL.
.
COMPONENTES.
ELEVADOR DE LA PARTE EMOCIONAL DEL CENTRO SEXUAL.
FUERZA DEL ORGASMO CLITORIDIANO.
ADHESOR DE LA PARTE EMOCIONAL DEL CENTRO SEXUAL.
GUSTO-DISGUSTO POR EL ORGASMO ELECTRICO.
SELECTOR DE LA PARTE EMOCIONAL DEL CENTRO SEXUAL
SELECCION DEL ORGASMO ELECTRICO.
FUERZA DEL ORGASMO ELECTRICO. CONCEPTO.
Elevador de la parte emocional del centro sexual.
FUERZA DEL ORGASMO ELECTRICO. DEFINICION.
Descarga muscular de tensiones psíquicas, acumuladas en base a la violencia.
GUSTO-DISGUSTO POR EL ORGASMO ELECTRICO. CONCEPTO.
Adhesor de la parte emocional del centro sexual.
GUSTO-DISGUSTO POR EL ORGASMO ELECTRICO. DEFINICION.
Grado de aceptación de este tipo de descarga, que es tanto como decir grado de aceptación de la violencia en el eje físico.
SELECCION DEL ORGASMO CLITORIDIANO. CONCEPTO.
Selector de la parte emocional del centro sexual.
SELECCION DEL ORGASMO CLITORIDIANO. DEFINICION.
Hace referencia a la posibilidad de establecer otras mecanicidades que no sean el ejercicio de la violencia con la consiguiente necesidad de dar salida a semejante acumulación de barbaridades en el músculo.
En otros apartados hemos dicho que todo lo que no se elabora por la conciencia, a esta, no le queda otro remedio, que desplazarla al músculo, para allí intentar resolver desde el plano físico. Se comprende de una tacada en que mundo vivimos, en un campo de deportes sin fin para resolver el problema de los problemas la violencia, la guerra y la destrucción, es como intentar apagar un bosque en llamas, escupiendo desde lo alto de un pino.
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